Historias que te llegaran al alma: diciembre 2012

Seguidores

lunes, 24 de diciembre de 2012

Cuento de Navidad


Día de Nochebuena. Ocho de la mañana. Estación de metro de Madrid. Seguro que no viene. ¿Quién iría a trabajar el día de Nochebuena? Lo mío es distinto, claro. Yo tengo guardia en el hospital. Llega un tren por la otra vía- Suspiro. De repente, siento como alguien tira de mi bolso. Ya me estoy dando la vuelta para pegarle antes de que me roben cuando le veo. Un chico moreno, de pelo y ojos oscuros, alto, me mira sonriente. Le conozco, se llama Leo y es mi mejor amigo. Le sonrío.
-          Feliz Nochebuena –dice.
-          - Igualmente –respondo. Tras un silencio algo incómodo, digo:- ¿Sabes que casi te pego? Pensaba que era un ladrón.
-          Se ríe.
-          - Ya bueno, lo sospeché. Yo también pegaría a alguien si noto que está tirando de mi mochila – me contesta señalando la enorme mochila que lleva a cuestas.
-          ¿Qué llevas ahí? Pensaba que hoy no trabajabas.
-          En realidad no. Yo también pensé que no estarías.  Y la mayoría de lo que llevo es ropa vieja. La donaré a Caritas.
-          - ¿Y el resto?
-          - Es un secreto – contesta, guiñándome un ojo y sonriendo de forma misteriosa.
Llega el tren, subimos. Hoy hay menos gente de lo normal. Vamos directos a los asientos que siempre cogemos. Y me acuerdo del día que nos conocimos.
Fue hace un año y medio, durante el verano. Yo me deje mi móvil en el tren, y él, como buena persona me lo quiso devolver, pero ya estaba fuera. Salió del vagón, pero ya me había ido. Perdió el tren y tuvo que esperar al día siguiente. Cuando me di cuenta, llamé a mi propio móvil desde el teléfono de una compañera. Quedamos para que me lo devolviera, nos conocimos por primera vez después de meses viéndonos en el vagón y nos llevábamos bien.
Durante el trayecto, hablamos sobre lo que haremos hoy y mañana. Bueno, habla él. Yo no tengo nada que hacer, lo que es bastante triste. Mi familia está en Barcelona, y mis amigos que no trabajen pasaran la noche con su familia. Él lo sabe, pero no dice nada.
El día en general se pasa demasiado deprisa. No hay mucha gente en urgencias, atiendo a los niños (ya que soy pediatra) y poco más. Estoy a punto de acabar el turno, pero decido quedarme un rato con los niños. Hoy, al ser Nochebuena, están todos en la sala de juegos, por lo menos los que pueden, mientras que los que no están siendo visitados por una asociación benéfica para que pasen un buen rato.
Entro en la sala. Es raro, porque están las luces apagadas y las persianas bajadas. Busco el interruptor y…
-          ¡Feliz Navidad!
En la sala especialmente decorada para las fiestas se encuentran todos los niños a los que cuido, algunas enfermeras y médicos del hospital. Y como no, Leo.
En las mesitas hay de todo: comida, bebida, juegos…
-          ¿Qué está pasando?
-          Me dijiste que no tenías nada planeado para Navidad –dice él, a modo de explicación.
-          ¿Y? Tú sí que tenías planes.
Y como en la mañana, me guiña un ojo y me sonríe de forma misteriosa.
-          Vamos a divertirnos, anda.
Pasamos una tarde genial. Todos mis niños le cogieron cariño a Leo enseguida, y él estuvo todo el rato el rato yendo de un sitio a otro. No paramos de reír y cuando llego la noche ningún niño quería irse a dormir para esperar a Santa Claus. Les dejamos quedarse, pero  según se iban quedando dormidos, las enfermeras y doctores que no tenían nada que hacer me ayudaron a llevarles a sus habitaciones. Cuando el último niño se hubo dormido, dejamos los regalos a los pequeños, ya que mis compañeros y yo, hace un tiempo, decidimos poner un poco de dinero de nuestro bolsillo para comprar juguetes a aquellos que sabíamos que su familia iba mal de dinero. Poco a poco, también ellos se fueron ya que su turno había acabado o tenían cenas, etc. Yo fui la última y Leo me acompañó.
Como cada día, cogimos el mismo tren.
Ya en la puerta de la estación, cuando nos tacaba despedirnos, sacó de su mochila un paquete envuelto. Me lo dio, me dijo “Feliz Navidad”, me dio un beso en la mejilla y se fue.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Nuevo blog!!!

Hola, hola, bloggeros!! Bueno, os presento un nuevo blog que he abierto, hace ya tiempo, pero que estaba configurando mas o menos. Se llama Hijos de los dioses. Os lo dejo aquí http://campamentohijosdelosdioses.blogspot.com.es/ Proxima entrada, a las 6. Espero que os guste, a lo mejor os anima a leer esta saga!

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Capitulo 11 Nueva Historia

- Zoe, oye escucha...
Me di la vuelta para que no viera mis ojos llenos de lagrimas y me marche de allí.
¿Como me habia hecho esto? Yo que había ido toda ilusionada. Me había encontrado con Fer, que me dijo que estaba en la tienda de skates. Por eso decidi ir a verle pero... ¡estaba con esa asquerosa de Ruth! Dios, que asco. Y para colmo él sabía que yo estaría en el centro comercial. Por lo menos prodría haber elegido otro sitio ¿no?
Ni si quiera me despedí de los demás. Fui directamente a casa. No quería que me vieran así. Me harían preguntas y ahora no podría contestar ninguna.
Cuando llegue a casa, por suerte no había nadie. Me encerre en mi habitación y, si, llore. Despues de diez minutos empezo a sonar el movil, primero llamadas y luego mensajes.Cuando me calme los mire. Una parte eran de mi grupo, en los mensajes preguntandome donde estaba. Y como no... de Andrés. Ni si quiera los leí, solo los elimine.
"Basta" me dije "Basta, no puedes hacerte esto. Es solo un chico. Solo un chico. ¡Pasa pagina!"
¡Como si fuera tan facil!
Al final, respondí a mis amigas por mensajes diciendo que estaba bien. Ya se lo contaría al día siguiente.
Como escuche que la puerta de casa se abría, me lave la cara para que no se notara que había llorado.
Quien hubiera llegado a casa, ya estaba subiendo. Por la forma rapida y de ir de dos en dos adivine que era Noelia. A ella si que podría contarselo todo. De todas formas se me seguian notando los ojos rojos.
Me dirigi a mi habitación, justo antes de que entrara a su habitación. Me echo una ojeada y luego me miro bien. ¿Tanto se notaba? ¿En serio?
- ¿Qué te pasa? -me pregunto preocupada.
Al ver que no respondía me abrazo. Volví a llorar. Y me acorde de esa frase que leí una ve por ahí, tipo "Tus resistencias a llorar desaparecen cuando alguien te abraza". Ahora me sentía igual.
- ¿Quieres hablar?
Asentí.
- Vale. Papa y mamá estan fuera con Cathy y no volveran pronto, cuentamelo todo.
Fuimos a su habitación y se lo conte. Noelia tiene una forma muy peculiar de ayudarte a resolver los problemas. Lo conprobasteis con lo de Carlos. Bueno, pues cuando le cuentas ese problema, a lo mejor tus amigas te abrazarian, te dirian lo mucho que lo sienten, te aconsejarian y consolarian, y te dirian que todo esta bien, que no debes preocuparte más. Agradezco muchisimo ese tipo de apoyo, de verdad. Pero sera por que he crecido con ella, o por cualquier otra cosa, pero me encanta como lo hace mi hermana. Ella solo espera a que se lo cuentes, callada, mirandote fijamente. No te dice nada, solo piensa desde el principio como resolver el problema. Aunque nunca le había contado nada tan... ¿chungo?¿dificil? Para mí claro. No se ni como expresarlo.
El caso es que al terminar, se levanto muy tranquila, se sentó encima del escritorio, al lado de la ventana y me preguntó:
- ¿Has hablado con él?
- No.
- Y no has leido sus mensajes.
- No.
- Pues habla con él.
- ¿Qué? ¡NO! No pienso volver ha hablarle en mi vida.
- Lo harás. Mira, sé que nunca te ha gustado que te digan que hacer, pero en serio, habla con él. Si ves que no le crees, le dejas. Y si no, pues en paz. No es tan dificil.
Pense. Sería una buena opción. Y es por esto que adoro a mi hermana mayor.
- Vale... Pero no se te ocurra llamarle. Si le veo ahora me pondré a gritarle y querre matarlo.
- Mmm... bueno pues sugiero que te controles.
- ¿Por?
- Tiene los ojos azules y el pelo negro. Y esta plantado fuera.
- ¿QUÉ?
- Mira, mira, se está acercando al timbre. Se lo ha pensado, se sentirá culpable. Eso es un buen comienzo -dijo, disimulando una sonrisa.
- No te rías, no le veo la gracia.
En ese momento sonó el timbre. ¡Oh, no! ¡NO, NO, NO!
- Voy a abrir.
- ¿Qué? ¿Estás loca? Te he dicho que no quiero verle. No puedo. Ni si te ocurra...
Como siempre, no me hizo ni caso. Salió disparada. Ya me imaginaba a mí misma intentando ahorcarle y a Noelia intentando pararme. O dejandome que lo matará mientras ella se moría de risa. Definitivamente tenía una hermana muy rara.
- Hola, tu debes de ser Andrés, el novio de Zoe.
- Si.
- Pasa, pasa.
Sali de la habitacion de puntillas, y me asome un poco a la escalera. Desde ahí se ve todo muy bien, sobretodo el salón. De pequeña cogía los prismaticos de mi padre, y por la noche me dedicaba a ver las pelis que no me dejaban.
- Tu eres... Noelia, ¿no?
- Síp, su querida hermana mayor.
- Esta Zoe en casa.
- ¡Si! Y deseando hablar contigo.
- ¿En serio? - preguntó, sorprendido.
- Si. Bueno, hace un momento decía que quería matarte, pero se controlara.
¿En serio acaba de decir eso? Creo que Andrés se ha asustado. Y ahora pensará que mi hermana esta mal de la cabeza o algo.
- ¿Quieres que suba a buscarla?
- Ehhh...
- ¡Vale!
Me metí a mi cuarto dando un portazo. Fuerte. Ella subió, y por mucho que intente que no abriera la puerta, consiguio pasar.
- Baja.
- No pienso...
- He dicho que bajes...
- ¡No! No puedo hacerlo.
- Me da igual. Baja.
Sabía que era imposible discutir con ella. Salí, mientras le decía:
-Cada vez te pareces más a mamá. Y cada vez das mas miedo.
- Lo sé -dijo simplemente, satisfecha. ¡Pero que cara dura!
Ella bajo detrás de mi, para asegurarse de que no subia de nuevo. Como ya he dicho mi hermana es muy, muy peculiar. Utilizo el mismo metodo que para resolver el asunto con Charlie.
En cuanto bajamos, y comprobo que no me lanzaba a su cuello intentando matarlo, ni saltaba por la ventana para huir, dijo:
- Bueno, tortolitos. Arreglad las cosas y ya me contareis. Mientras yo preparare algo para picar. Y tú - dijo dirigiendole a Andres su mirada " seré amable, pero como la cagues te vas a enterar"- si ella decide que eres bueno, te perdonare yo tambien. Pero si decide que no preparate para sufrir.
Vi como Andrés se estremecía mientras Noelia desaparecía por la puerta de la cocina. Eso me hizo sentir algo mejor. Pero esa sensación se desvanecio enseguida al ver que me miraba. Me sente en el sofá. Me temblaban las piernas y sentada por lo menos no me caería.
- Hola -vale, no era muy original - Oye, yo... no se que decirte. No se como explicartelo.
- Pues sería mejor que empieces. Noelia no tardara mucho y su amenaza realmente iba en serio - vale... No debería haberle dicho eso. ¿Y que más quereis? Estaba enfadada, cabreada, y odiaba esa situación.
Por el contrario el me lanzó una mirada dolida.
- Te juro que no fue mi culpa...
- ¿Ah, no? ¡Pues explicate! Has venido hasta aquí por algo y sinceramente, no se ni porque te estoy escuchado despues de lo que he visto.
- Vale.
Me conto lo sucedido. Termino y nos quedamos en silencio. Yo no podía creerlo. Bueno sí, pero... Estaba hecha un lío.
Por favor, ahora no me mateis por mi reaccion. Pero me sentia tan enfadada, tan frustada y tan tonta...
- Quiero que te vayas.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Por que es mi casa y quiero que te vayas.
- Pero ya te he dicho que Ruth...
- Si ya me lo has contado. ¡Pero no me creo que fueras tan idiota como para no verla venir! ¡Vete!
- Esta bien. Yo te estoy diciendo la verdad. ¡Si no me quieres creer es cosa tuya! Sabes que, si no vas a confiar en mi, sería mejor que lo dejaramos.
- ¡Vale!
- ¡VALE!
Cuando se fue por la puerta me quede sentada en el sillón. ¿Que demonios había hecho?