Historias que te llegaran al alma: Capitulo 24 parte 2

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viernes, 21 de septiembre de 2012

Capitulo 24 parte 2

Ok, siento el retraso, otra vez, pero esto de las clases.... Digamos que ocupa bastante de mi tiempo, así que espero que este capi os guste :D
Guillermo:
Cuando llego a su casa agotado. Por fin sabían casi con toda seguridad a donde fueron ella y Nevin, pero aun no encontraban a Adlila y a Miriam, y eso si que era preocupante. Al final, siendo ya casi la medianoche, cada uno se fue a descansar. Excepto Juan, por que al pobre le tocaba guardia. Guillermo estaba tan cansado, que no se percato en el trozo de papel que había en su mesita. Cuando por fin se levanto al día siguiente, se vistió y se preparó y fue a coger su espada, apoyada en la mesa, se dio cuenta al fin.
Una nota escrita con la caligrafía de Miriam. La reconocía muy bien, cuando iban al colegio solía cotillear el estuche de Susana y solía encontar notas de ellas dos. De repente sintió una profunda añoranza a su antigua casa, pero se le olvido al leer la nota.
"Guille, siento lo que paso esta mañana. De verdad estoy preocupada por Susana, aunque pienses lo contrario. Por eso Adalila y yo hemos decidido ir a la playa, donde ella cree que esta su hermano. Supongo que cuando os entereis ya estaremos bastante lejos para que nos alcancéis, pero de todas formas alguien debe quedarse por si vuelven.
En serio. Quedaos. 
Miriam"
- Maldita sea -murmuro. Cogió el papel y salio disparado para avisar a los demás.
"Solo nos faltaba esto" pensaba mientras corría en dirección a la cabaña de Maya "primero mi hermana y su novio, luego Miriam y Adalila. Ahora quien, ¿Veronica y Juan?"
Llego a la cabaña pero no había nadie. "Es verdad." se acordó entonces "esta de guardia".
Tuvo que bajar corriendo, y casi se cae con las prisas. Al final llego a casa de Hector, y el si que estaba despierto. Es mas se estaba preparando para ir a buscarle e ir a practicar.
- ¿Se puede saber que te pasa? -le dijo sorprendido- Estas chorreando. Parece que acabar de correr una maratón.
- Es urgente -jadeo él- Mira.
Le tendió el papel. Lo leía mientras Guille jadeaba. Aun así pudo comprobar como, a medida que iba leyendo, sus ojos se abrían mas y mas.
- ¿Has avisado a alguien mas? -pregunto Hector, aun sin poderse creer lo que leía.
- Que va, -Guille ya se había recuperado- intente avisar a Maya pero esta de guardia.
- Pues hay que avisar rápido a los demás. Yo se por donde esta de guardia Maya. Tu ve a avisara Vero y a Juan.
- Vale. - "Otra carrerita" pensó- ¿Donde nos reunimos?
- En tu cabaña, ¿no?
- Vale. Vamos.
Y volvió a correr. "Con esto ya serán por lo menos dos kilos que he bajado hoy" pensó " y no es ni medio día."
Cuando se reunieron todos en su cabaña, no podían parar de hablar. Eran demasiadas cosas en un día, incluso para Maya, que estaba acostumbrada a vivir cosas así.
"Están locas. Mis dos mejores amigas están locas" Decía Verónica sin parar.
" Sinceramente, Guille no te ofendas, podría esperarme algo así de Susi, ¿pero de Miriam? Si ella es siempre la mas tranquila de todas" opinaba Hector.
 "Ja, nada que ver. Tu no las conoces como yo. Puede que Miriam pareciera tranquila, pero te aseguro que era la que peor estaba de las tres" contestaba Juan.
"Pues si están las dos tan locas para hacer cosas así, yo creo no sobrevivirian mucho, por lo menos Miriam, porque dudo mucho que sepa defenderse de animales salvajes." Aprovechaba Maya para hablar en los breves instantes antes de que comenzaran todos a discutir.
Solo Guille estaba callado. "Si fuéramos a por ellas, no sabría si Susana volviera. Dicen que tardara semanas, en el caso de que vuelva, pero no se... Ella no nos dejaría así. Sobretodo si estamos aquí. Las pocas veces que se pone mala, quería que fueran sus amigas a verla, no me puedo imaginar que este sin ellas casi no dos días. Y además estoy yo... Bueno, seguramente yo no cuente mucho. Después de todo no paraba de hacerle tonterías que la cabreaban, pero a sus amigas no las dejaría de lado. Ella volverá, estoy seguro.Tiene que volver, la echo de menos..."
Por primera vez en toda su vida, Guille echaba de menos a su melliza. Por mucho que se pelaran, molestaran, enfadaran y discutieran, habían estado juntos. Desde la cuna, cuando dormían al lado. La guardería, cuando les ponían en la misma clase y se peleaban por los mismos juguetes, hasta que hacían las paces y compartían.. Cuando pillaron la misma semana la varicela, a los cuatro años, y estuvieron casi una semana en la cama. A los seis, cuando se mudaron de ciudad e hicieron nuevos amigos. A los 8, cuando se perdieron juntos en un nuevo centro comercial y tuvieron que buscar juntos a sus padres. O las los 12, cuando se quedaron solos en casa por primera vez, e inundaron el salón (no preguntéis), y estuvieron castigados juntos un mes entero. Y como esas, muchas historias mas que compratieron juntos. Todo le parecía tan lejano ahora...
No, el no quería ir a buscara a Miriam. o es que no le importara, pero el quería esperar a su hermana, descubrir la forma de volver a verla. Aunque tuviera que esperar años, tenia que encontrarla.
- ¿En que piensas, Guille? -pregunto Maya, sacándole de sus pensamientos y devolviéndolo a la realidad.
-  Debería quedarme a esperar a mi hermana.
En cuanto lo dijo, todos se giraron a el. Aunque nadie había dicho nada, todos querían ir a buscar a Miriam. Sabían donde estaba, mas o menos, en cambio de Susana no se sabia nada.
- Deberíamos ir todos, ¿no? Seria mas seguro, y seguro que así lograríamos convencerla de que volviera.
- Tu no la conoces, Maya. Es muy testadura. Y aun así, creo que debería quedarme. Quiero estar aquí si vuelve mi hermana.
- Entonces deberíamos quedarnos todos -sugirió Juan.
- Ni hablar. Miriam no sabe casi nada del bosque, y Adalila es muy pequeña para cuidar de las dos, por muy buena cazadora que sea. Deberíais ir ya a por ellas, y no discutir como ahora, estamos perdiendo tiempo. Si Susana vuelve mientras no estáis, os alcanzaremos, de verdad. Pero mientras debéis avanzar.
- Pero entonces...
-No Maya, no me acompañes. Se que quieres quedarte conmigo, pero tu sabes como llegar a la costa. Si ellos van solos se perderán.
-¿Y como sabrás por donde ir?
- Dejadme pistas. Ramas partidas, piedras, ¿no hacen eso en las pelis? -al ver la cara de desconcierto de Maya, aclaro- películas. Son... como explicarlo, como imagenes que se pasan muy rápido y que crean movimiento. Bueno, eso fue al principio, ahora se utilizan ordenadores. Bueno da igual, el caso es que me dejéis pistas para saber por donde ir.
- Esta bien. Me llevare un cuchillo y marcare flechas en los arboles. ¿De veras podrás quedarte solo?
- Claro que si. He entrenado bastante, y se defenderme solo. Pero debéis iros ya.
- Vale -dijo Maya sin convicción. Los demás asintieron, preocupados por su amigo. Pero el ya había decidido, así que todos respetaron su decisión.

Al cabo de una hora, ya lo tenían todo preparado, y les acompaño hasta el final del pueblo, donde Maya dijo que quería enseñar a los chicos a orientarse en el bosque y que tardaian bastante. Cuando los guaridas preguntaron porque el chico se quedaba ella respondió porque no se encontraba bien. Después de todo su hermana había sido capturada y dada a la fuga (cosa que ninguno de los chicos se creía ya) y ellos asintieron. Guille volvió a su cabaña, cuando vio un resplandor rojo cerca del bosque.
"Sera mi imanación" Pensó "me quedare aquí a descansar y mañana iré a ver que es".
Pero a lo mejor porque el estaba desesperado, o era muy curioso, o simplemente porque se aburrió pronto, fue a investigar que había sido eso.

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